por la región cálida de Oaxaca, Michoacán y la Huasteca de San Luis Potosí.
A pesar de que los españoles encontraron que la morera crecía cinco veces más aprisa que en otros sitios, que se podían hacer dos crianzas al año y que se obtenían sedas de excelente calidad, la sericicultura no llegó a consolidarse en nuestro país, debido en gran parte, al auge de la minería, a las revueltas sociales, pero sobre todo, porque es una actividad muy delicada que necesita forzosamente de la organización, protección y fomento del gobierno.

Las mariposas preferimos nacer por la noche, de hecho de las 70 que en este proyecto hemos logrado realizar el ciclo completo, 65 lo hemos hecho en la más completa oscuridad, tal vez sea porque nos asusta la luz directa nada más salir del capullo... , tal vez.

Un detalle estadístico: La cantidad de hojas de morera que consumimos cada larva no representa mayor problema, excepto en el último ciclo, cuando nuestro apetito es insaciable. Para una crianza de 25 gramos de huevecillos, cantidad adecuada para un criadero rural, son necesarios un total de 786 Kgs., de hojas para toda la crianza. Tradicionalmente la sericicultura ha sido considerada una actividad del todo hogareña, porque sus cuidados no necesitan de mayor fuerza y los pueden realizar niños, mujeres y ancianos. Las tierras más propicias para la crianza son aquellas que se encuentran en regiones cálidas tropicales, con una altitud por debajo de los 100 mts., aunque en las regiones frías también se puede obtener, pero no de la misma calidad.

Nosotras, las mariposas de los gusanos de seda, somos de las pocas que ya hace miles de años hemos perdido la facultad de volar, por lo que dependemos de los cuidados del hombre para nuestra crianza, siempre en cautividad, en estado salvaje y natural no podríamos subsistir.

En mi nueva caja hay ya multitud de mariposas, machos y hembras, muchísimos huevos puestos en lás láminas que nuestro dueño nos pone en el fondo, cuando ya tienen muchos huevos las va reponiendo por otras nuevas, las corta con tijeras y a nosotroas nos retira de las anteriores con mucho cuidado de no hacernos daño, a continuación agarrándonos de ambas alas nos deposita en las nuevas, nosotras ni nos enteramos, él sigue creyendo que somos muy débiles , pero nunca con sus manos nos ha matado ni hecho daño a ninguna.
En cierta ocasión una de mis hermanas se salió de la caja por la noche y cayó al suelo, pués bien , nuestro dueño, por la mañana, ni se dió cuenta del tema y siguió observándonos como siempre, al cabo de un rato se oyeron a lo lejos unos gritos de su mujer a su perro -que por cierto se llama Copi, como yo- porque es blanco también y allá por el porche se escuchó: “Copi, ¿qué tienes en la boca?”, su mujer vino corriendo hacia donde estaba mi cuidador y traía en la mano la mariposa que el perro se había llevado hasta el felpudo de la puerta de entrada, a unos 10 mts., de aquí, la depositó en la caja y cual fue mi sorpresa al comprobar que seguía viva, intacta, perfecta, después de llevársela el perro, volvió indemne y siguió su proceso normal.
He observado también, entre todos mis compañeros y compañeras que las hembras son más grandes que nosotros, más corpulentas, aunque menos activas, más tranquilas y que mirándonos bién no nos parecemos ninguno; hay unos más grandes, otros más oscuros -es mi caso, soy casi negro- , otros blancos como la nieve, otros/otras con pintas en las alas, otros con las patas enormes incluso una hermana mía que me llamó la atención porque parecía un avión de espionaje no tripulado de EE.UU, con la forma de las alas perfectas, negro ó casi y una silueta aerodinámica íncreíble.

Otro detalle curioso; en uno de mis paseos por la caja, buscando más hembras con las que aparearme comprobé que una de mis hermanas tenía una de las alas pegadas a la lámina de papel cuadriculado, estaba llegando ya al final de su existencia y simplemente, una de las hembras, de noche, se pusó a poner huevos y con los mismos le pegó el ala al papel, seguía viva, la hembra ni se enteró, se lió a desovar y cogió el ala de mi congénere entre 50 ó 100 huevecillos pegados perfectamente y milimetrados al 1000 por cien, por la mañana , nuestro cuidador lo vió y con un abrecartas le despegó el ala de los huevos, aunque su fín estaba cerca y pocas horas después falleció.

Mientras continúo viviendo mi última etapa como mariposa me sigo fijando